Gestión de activos en la minería: anclando la transformación para elevar la productividad

Por Samuel Toro, gerente negocio de Minería en SYM

La productividad en Chile ha mostrado una preocupante tendencia a la baja en los últimos años, un fenómeno que afecta a diversos sectores clave de nuestra economía. Entre las caídas más pronunciadas destacan el comercio (-12%), la minería (-9,5%) y la industria (-8,5%), lo que nos lleva a reflexionar sobre los desafíos que enfrentamos para revertir esta tendencia. Un factor central en esta ecuación es la gestión de activos, un área que se revela crítica para anclar la transformación y mejorar la productividad en la minería y otros sectores estratégicos.

La variable de capital, estrechamente vinculada a la gestión de activos, ha sido uno de los elementos que más ha contribuido a la caída en la productividad. En Chile, este aspecto presenta un desafío significativo, ya que la capacidad de una organización para gestionar sus activos determina en gran medida su rendimiento y sostenibilidad en el tiempo. Este desafío no es exclusivo de la minería, pero es en este sector donde su impacto se siente con mayor fuerza, dado el peso de la industria en la economía nacional.

A menudo escucho múltiples definiciones y enfoques sobre lo que implica la gestión de activos. Se discute desde lo conceptual, la integración con operaciones y mantenimiento, hasta su vinculación con la mejora continua. Sin embargo, rara vez se subraya la importancia de que esta gestión sea un sistema vivo, dinámico y profundamente conectado con la estrategia del negocio. Este es, quizás, el mayor desafío: lograr que la gestión de activos no sea solo una serie de procesos y controles, sino un sistema flexible que se adapte y evolucione con los cambios estratégicos de la organización.

Las reflexiones clave sobre la gestión de activos deben centrarse en su orientación, pertinencia, velocidad y sentido. Desde Symnetics, con nuestra vasta experiencia en el diseño e implementación de estrategias de negocio, hemos aprendido que cualquier sistema de gestión que no se integre completamente con la estrategia corporativa se convierte en un obstáculo para cualquier tipo de cambio organizacional. Ya sea una evolución, una transformación profunda o cualquier otra forma de cambio, la integración es esencial para el éxito.

Además, al igual que los sistemas de gestión de activos deben alinearse con la estrategia del negocio, también es crucial que consideren el tipo de organización, sus liderazgos y cultura, promoviendo mentalidades y comportamientos que sostengan el cambio desde la base. Si no se aborda el cambio de mentalidad y comportamiento junto con la estrategia de negocio, el riesgo de fracaso es elevado.

Para diseñar un sistema de gestión de activos eficaz, es necesario comprender en profundidad los estándares, normativas, flujos de trabajo, procesos y métricas existentes en la organización. La creación de una política clara que impulse la relevancia del sistema desde la alta dirección es fundamental. Además, el desarrollo de una red de expertos que co-construyan el sistema desde la base garantiza que el proceso sea participativo y refleje las necesidades reales de la operación.

Cuando estos elementos se consideran cuidadosamente y el sistema se ancla en los procesos de mejora continua de la organización, las posibilidades de generación de valor se incrementan significativamente. Esto no solo permite una mejor adaptación a los cambios del entorno, sino que también eleva la productividad de manera consciente y sostenida. En un entorno tan dinámico como el de la minería, la capacidad de transformar la gestión de activos en un motor de cambio estratégico es clave para asegurar un futuro productivo y sostenible para nuestras industrias.

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